El Hombre Lobo

el 14.3.11   |  


Sin ponerme demasiado "integrista" intentaré despachar brevemente lo poco que ha dado de sí esta supuesta revisión del clásico de la Universal, El Hombre Lobo, basada en el guión que allá por 1941 escribiese Kurt Siodmark, intentando continuar la explotación del éxito cosechado por títulos previos de las Monsters de la productora y lográndolo (posteriormente ninguna de las siguientes intentonas de esa década estaría a la altura de sus predecesoras de los años 30).


La historia original relata como Larry Talbot (un Lon Chaney Jr. pendenciero que frecuentemente acudía con unas copas de más al rodaje y hacía la vida imposible a su compañera de reparto, a la que acosaba asustándola ataviado con su traje de lobo-hombre) regresa desde el continente americano a su hogar natal en un pueblecito galés tras el fallecimiento de su hermano. Pronto conoce a la atractiva Gwen (Evelyn Ankers), hija del anticuario local, y la invita a visitar junto a su amiga un asentamiento gitano donde Bela (en efecto, Lugosi) se dedica a leer la buenaventura. Prevenida de su fatal destino (el pentagrama dibujado en la lectura de manos de la susodicha la revela como futura víctima de la bestia), la acompañante de Gwen fallece a fauces de un enorme lobo que es abatido por Larry a golpes de un extraño bastón con empuñadura de plata. Malherido regresa a casa para, poco después, comprobar que sus heridas han sanado milagrosamente y que, pese a lo que había creído, el extraño zíngaro había resultado muerto esa noche. De regreso al extraño campamento Maleva (Maria Ouspenskaya), madre de Bela, desvela el secreto familiar: su hijo era nada menos que un hombre lobo, y todo el que sufriese su mordedura quedaría marcado por la terrible maldición.


Bajo el influjo de la luna llena Larry no tarda en comprobar lo verídico de las palabras de la vieja gitana, transformarse y liquidar a la primera de sus víctimas, un cavador de tumbas. Alarmados por los hechos, el alguacil Paul Montford (Ralph Bellamy) y el Dr. Lloyd (Warren William) colocan trampas para atrapar a la furiosa bestia, que es posteriormente liberada por la anciana gitana. Herido y asustado, Talbot corre en busca de su amada Gwen para informarle que pronto partirá abandonando el lugar; ella, como no podría ser de otra manera, le ofrece ir con él, pero Larry, horrorizado al descubrir la marca en la mano de ésta, la rechaza y huye a su propiedad, informando a su padre, sir John Talbot (Claude Rains), de su infortunio. Éste no le cree, pero igualmente accede a amarrar a su hijo a una pesada silla encerrándole para su seguridad, ya que le cree trastornado. Sir John acompaña a una partida de hombres que rastrean al monstruo y durante la incursión contemplan como Gwen, que ha salido en busca de Larry, es atacada por el hombre lobo. El propio sir John interrumpe el ataque del furioso animal y le agrede mortalmente con el bastón de su hijo, asistiendo incrédulo a la transformación del cadáver del animal en su primogénito. Finalmente el alguacil Montford llega a la escena y conjetura que Larry fue muerto al tratar de defender a la joven del ataque del animal.


En este argumento clásico se establecen al antojo de su guionista (sobre las bases folklóricas) las pautas que seguirán hasta la saciedad (y muchas veces el hastío) decenas de títulos hasta el día de hoy: el pentagrama como símbolo de la marca de la bestia e instrumento protector, el plenilunio, la repulsión del acónito (que sólo florece en noches de luna llena), el contagio de la maldición vía herida inciso-contusa, el uso de plata como único medio de acabar con la vida del licántropo (aunque en ocasiones esta premisa ha sido obviada). Multitud de transformaciones, situaciones rozando lo absurdo (ese Teen Wolf donde un hombre lobo adolescente hijo bastardo de las drive-in movies americanas dedicaba sus recién descubiertas habilidades en emular a un Michael Jordan universitario), comunidades lobunas secretas (Aullidos), estirpes licantrópicas enemistadas con linajes vampíricos y variantes más o menos interesantes (la particular caperucita de Neil Jordan, En Compañía de Lobos, o la curiosa Lobos Humanos (Wolfen), basada en la novela de posteriormente conocido, abducido y alucinado Whitley Strieber) llegamos al estreno que el pasado viernes arribó con más o menos espectación a nuestras pantallas, dirigido nada más y nada menos que por el señor Joe Johnston, director palomitero y de título comercial facilón (Parque Jurásico III, Jumanji, Cariño he encogido a los niños y, sí, con el proyecto del Capitán América entre manos) ...


La historia con respecto al original presenta sustanciales diferencias. En el guión actual se presenta a Lawrence Talbot (un Benicio del Toro bastante más abotargado de lo que recordaba) como el hijo pródigo que regresa a su victoriano hogar de Blackmoore a petición de Gwen Conliffe (muy guapa Emily Blunt), prometida de su desaparecido hermano. Tras el recibimiento de su arisco padre Sir John (Anthony Hopkins repitiendo el mismo papel al que nos tiene últimamente acostumbrados), experto cazador, hombre amargado tras la muerte de la madre de los jóvenes Talbot, y cuya soledad es mitigada por la sola compañía de su criado indio Singh (el actor pakistaní Art Malik, el terrorista islámico antagonista de Chuache en Mentiras Arriesgadas) y de su mastodóntico can, Lawrence conoce la noticia de la muerte de su hermano, al parecer víctima de la furia de una peligrosa bestia que mora aquellos parajes. Sus pesquisas le llevan a un campamento gitano situado a las afueras del lugar. Allí tiene su primer encuentro con el maligno animal, resulta herido y... bueno, ya nos podemos imaginar el resto... o más bien suponer según van transcurriendo los minutos de lo simple y plano de un guión ya de por si previsible, con una historia de ¿amor? o pasión animal de por medio y un conflicto paterno filial llevado hasta sus últimas consecuencias (ríete tú de Ang Lee y de su Hulk).


Resulta curioso que con bastantes más recursos que hace siete décadas la historia de marras aporte muy poco al género aparte de una sustanciosa ración de visceras y desmembramientos espectaculares, algún que otro plano interesante en el apartado de fx (aunque con el debido respeto, Mr. Baker, su Hombre Lobo Americano sigue siendo insuperable, a pesar de que este aspecto "retro" deudor de la caracterización de Oliver Reed y, porque no, del Waldemar de Naschy no me disgusta para nada) y más de un auto-homenaje ( los sueños del Lawrence convaleciente, la irrupción del loup garou en ese Londres victoriano vuelco de autobús incluido y el amor como liberación son todos guiños al título de Landis), por no olvidar la cuidada escenografía y diseño de vestuario. Por lo demás, omnipresentes planos de una emergente luna llena que llegan a resultar exasperantes, un Benicio del Toro inexpresivo (igual los múltiples retrasos y remontajes que ha sufrido la película son los culpables de tal impavidez), un agente Smith... digo un Hugo Weaving de nuevo de antagonista del pretendido héroe cumpliendo sin más y un score de ¿Danny Elfman? (al menos es lo que aparece en los créditos, pero ese baile de ahora compongo, ahora me voy, espera que vuelvo que se marcó el compositor a dúo con el de Tangerine Dream y el resultado final me hacen dudar) que únicamente hace las veces de melodía incidental y de relleno, apática y falta de toda entidad... ¿quién da más?

Para acabar que mejor que recitar aquellos versos pronunciados por la anciana Maleva tanto en el original como en esta remozada/rebozada versión, que nos recuerda que nadie está libre de la maldición... de sufrir una mala película, por ejemplo:

"Even a man who is pure of heart
And says his prayers by night
Can become a wolf when the wolfbane blooms
And the moon is full and bright".

"Incluso el hombre puro de corazón
que reza sus oraciones por la noche
puede convertirse en lobo cuando florece el acónito
y la Luna llena brilla"...




Título original: The Wolfman
Año: 2010
Director: Joe Johnston
Intérpretes: Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt

Imdb
FilmAffinity
Rotten Tomatoes

Nadie se atreve aún...

¿Te animas a Comentar?

Si vas a dejar un comentario, procura tener habilitado tu perfil en Blogger o deja la url de tu blog (no enlace). No te preocupes si tu comentario no aparece al instante ya que ha de ser moderado previamente, pero prometo no demorarme mucho.

Publicar con el formulario clásico
ir arriba