20 Terrores para Halloween

el 30.10.11   |  


¿Cine de terror para la noche de Halloween? En un alarde de originalidad incluimos nuestra propuesta de títulos, pero para el que no quiera caldo... dos tazas. Nada de típicos decálogos, esta vez veinte relatos de horror fílmico para pasar unas horas terroríficamente divertidas... Sin ánimo de academicismos ni intenciones aleccionadoras, sin querer ser exhaustivo (no están todas las que son ni son todas las que están) y cumpliendo con la tradición abandonada por la desidia de los programadores televisivos (aunque este año la estupenda programación de LaSexta3 recuperará el perdido hábito), veinte propuestas veinte para disfrutar de una inquietante velada, ya sea en la tranquilidad nocturna o en compañía de otros...


La Noche de Halloween (Halloween, John Carpenter 1978)
No hay Halloween que se precie sin este clásico del género, precursor de mucho del slasher que hemos venido disfrutando (o padeciendo la mayoría de las veces) estás últimas tres décadas: la encarnación del mal escapa de la institución psiquiátrica donde ha permanecido los últimos 15 años después de haber asesinado a su hermana, regresando a su Haddonfield natal para sembrar el terror entre jovencitas indecedentes y dar buena muestra de su amor fraterno. Jamie Lee Curtis a los gritos y un Van Helsing encarnado en los rasgos del inovidable Dr. Loomis (Donald Pleasance), inmejorable comienzo para nuestra Noche de Miedo.




O Jack Skellington en busca de hacerse con el control de la Navidad para mejorarla a su modo... con insospechadas consecuencias.
Danny Elfman en los números musicales, Selick y su equipo en la animación stop motion y Burton en la producción gestaron esta pequeña gran joya del cine, una visita obligada en esta señalada ocasión.
Aún todos nos seguimos preguntando... ¿Qué le pasa a Jack?



La Profecía (The Omen, Richard Donner, 1976)
Una de enviados del maligno para abrir boca. Tres años después de que la angelical Linda Blair aterrorizase a medio hemisferio y buena parte del otro en su impresionante interpretación de la poseída Regan McNeil de El Exorcista, el oportunista Donner da el salto definitivo a la gran pantalla con este sombrío cuento apocalíptico sobre el advenimiento del heredero del mismísimo Lucifer, el también entrañable Damien. Después le veríamos crecer, pero eso ya es otra historia. Un Ave Satani del injustamente olvidado por la Academia, Jerry Goldsmith, que pasará a la historia.




Pesadilla en Elm Street (A Nightmare on Elm Street, Wes Craven 1984)
Obviando las comparaciones con la reciente revisitación del mítico psicokiller onírico (porque siempre son odiosas y más en este caso visto el trabajo de Samuel Bayer), recuperemos para este Samhaïn otro título imprescindible.
Un grupo de jóvenes sueña con un horrible individuo con el rostro quemado y cuchillas en sus dedos que va asesinándolos a medida que entran en su mundo, a todos excepto a una joven que le podrá hacer frente. Felices Pesadillas...


Braindead, tu madre se ha comido a mi perro (Braindead, Peter Jackson 1991)
El toque de humor y gore que no puede faltar en esta noche, aunque Mal Gusto del Peter Jackson primerizo también le sigue de cerca. En los años 50, una expedición científica descubre un ratticus. Confinado el ejemplar en una jaula del zoológico, el animal escapará pasado un tiempo y morderá a la madre de Lionel. Nadie sospecha que esa mordedura será el principio del desternillante horror que se avecina… Para nostálgicos del neozelandés antes de rendirse a los encantos hollywoodienses.




La Cosa (The Thing, John Carpenter 1982)
Nunca es mal momento para un visionado de este pedazo de película del maestro del horror John Carpenter, más ligero que de costumbre estos últimos tiempos (demasiado floja y conformista su última "The Ward") pero indiscutiblemente un excelente narrador de historias, adaptando el relato "Who goes there?" de John W. Campbell, ya llevado anteriormente al cine por su idolatrado Howard Hawkes. En una estación experimental de la Antártida, un equipo de investigadores descubre a un extraño ente venido del espacio, que ha permanecido enterrado en la nieve durante más de 100.000 años. Pronto el desconocido ser revela con fiera voracidad su objetivo: la supervivencia.
Con la tan esperada precuela aún reciente en nuestras retinas, una buena apuesta para pasar una pavorosa velada.



Un Hombre Lobo Americano en Londres (An American Werewolf in London, John Landis 1981)
Otro clásico y sin duda la mejor transformación licántropa hasta la fecha, aunque Rick Baker intentase superarse a si mismo en su última The Wolfman sin conseguirlo.
David Kessler y Jack son dos jóvenes estadounidenses que, con sus mochilas a la espalda, van a pasar tres meses es recorriendo Europa. En Inglaterra, en una zona rural desolada, la gente les da unos consejos escalofriantes: "no os apartéis del camino y no os acerquéis a los páramos", y "cuidado con la luna". Los jóvenes emprenden la marcha en la oscuridad, y oyen un aullido terrorífico procedente de los páramos, sin saber que les persigue una bestia mítica sedienta de sangre. Las personas que mata esa criatura se convierten en muertos vivientes, que deben vagar por la Tierra eternamente, pero aquél que escapa con vida tiene reservado un destino diferente...

 


Noche de Miedo (Fright Night, Tom Holland 1985)
Esos míticos años ochenta y sus revisitaciones del género dieron sin duda bastantes títulos relevantes e inolvidables para los aficionados, muchos de los cuales ahora se ven acribillados a remakes con dispar resultado. En esta Noche de Miedo, Charley Brewster es el típico adolescente americano. Su madre cree que ve demasiadas películas de terror. La vida de Charley es muy tranquila, hasta que se convence que su nuevo vecino, Jerry Dandridge, es un vampiro. Nadie, y menos aún la policía, está dispuesto a creer que Dandridge es responsable de un montón de extraños asesinatos. Charley encuentra un aliado en Peter Vincent, un antiguo actor de películas y presentador de programas de terror en la televisión. Peter intentará salvar a Charley y a su amada de los mortales colmillos de Jerry.




Al final de la escalera (The Changelling, Peter Medak 1980)
Una clásica historia de fantasmas con un estupendo trabajo interpretativo del gran George C. Scott. Una noche, el compositor John Russell se despierta bañado en sudor como consecuencia de una pesadilla, y vuelve a oír el extraño ruido procedente de una de las habitaciones del piso de arriba. Desde la terrible muerte de su familia, John ha estado viviendo en esa casa solitaria a la que se trasladó con la esperanza de recuperar la paz interior, pero paz es algo que no ha hallado, pues en numerosas ocasiones ha creído ver el cadáver de un joven. Cuando empieza a creer que ha perdido el juicio, registra la casa y descubre una entrada secreta a un antiguo cuarto infantil olvidado desde hace mucho, donde encuentra una silla de ruedas y una caja de música. John siente que allí ha sucedido algo terrible e intenta establecer contacto a través de un médium. La siniestra sesión de espiritismo revela que un espantoso crimen ha quedado sin vengar. Hasta ahora...



La Maldición (Ju-On, Takashi Shimizu, 2002)
Allá por 1998 una extraña historia nipona sobre una cinta de vídeo maldita que causaba la muerte de todo aquel que la visionaba nos hizo estremecer inquietos en nuestras butacas. Era el pistoletazo de salida para el recién nacido J-Horror: fantasmas de pálido rostro, larga cabellera negra y pavoroso rictus que invadieron nuestras pesadillas. Takahashi Hiroshi, Takashi Shimizu, Hideo Nakata y hasta el mismo Takashi Miike se atrevió con un género que más tarde se vio versionado al estilo americano con desigual fortuna.
Aquí os dejamos con nuestra sugerencia para disfrutar pasando miedo. Cuidado con Kayako...




Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi, Lucio Fulci 1981)
Uno de los mejores trabajos del maestro italiano junto a su El Más Allá.
En la ciudad de Dunwich, en Nueva Inglaterra, el suicidio de un cura convierte en realidad una vieja maldición. Las puertas del Infierno se abren de par en par y liberan una horda de zombies que salen de sus criptas en busca de carne fresca...

 


Truco o Trato (Trick r Treat, Michael Dougherty 2008)
Una recién llegada que se convertirá en un título imprescindible para la Noche de Difuntos. Cuatro historias en la noche de Halloween. Una de las historias se centra en un director de instituto que se convierte en un vicioso asesino en serie con la luna llena. Otra trata de una virgen en edad universitaria que se reserva para el hombre de su vida, a quien cree que acaba de conocer. La tercera versa sobre una mujer cuyo odio hacia Halloween sólo es superado por el amor que le tiene su marido a esta festividad. Por último, un grupo de adolescentes despiadados llevan a cabo una broma imperdonablemente cruel.

 


Pacto de Sangre (Pumpkinhead, 1988, Stan Winston)
Recuperando un título habitual del Fright Night, un recuerdo para uno de los maestros más reconocidos dentro del campo de los efectos especiales, Stan Winston, padre de algunos de los dinosaurios de Jurassic Park y del Terminator de Cameron, entre muchos otros, no hace mucho fallecido, que aquí se atrevió en labores de dirección con un macabro cuento de venganzas, pactos diabólicos, brujas y ritos oscuros.



No profanar el sueño de los muertos (Jorge Grau, 1974)
Rompamos con el típico visionado de la Noche de los Muertos Vivientes de Romero en favor de la revisión de una de las más aclamadas y atemporales contribuciones patrias al erario zombie (ahora que el género goza de tan buena salud y que tenemos recién estrenada la segunda temporada de una de las series que más impactó el otoño pasado, The Walking Dead).
Un joven anticuario se va de vacaciones y conoce a una joven que va camino de la granja de su hermana. Durante el viaje ella es atacada por un extraño sujeto que, más tarde, se revela como fallecido la semana anterior. ¿Por qué los muertos vuelven a la vida? Una desasosegante historia para no dormir...



Sleepy Hollow (Sleepy Hollow, 1999, Tim Burton)
Otra adecuada revisión para la onomástica es la interpretación del ahora adocenado enfant terrible de la fantasía comercial, el otrora original Tim Burton, que transforma el tenebroso relato de Washington Irving en una irregular  historia detectivesca de protagonista absoluto, el Jinete sin Cabeza, grandioso en cada una de sus apariciones. No tengáis lugar a duda, rodarán cabezas.



La Matanza de Texas (Texas Chainsaw Massacre, 1974, Tobe Hooper)
Leatherface, otro de los iconos del terror moderno, hijo putativo al igual que el Bates de Hitchcock del infame Ed Gein, asesino de mujeres que gustaba de guardar y consumir parte de sus víctimas y vestirse con su piel, nos prepara un interesante menú de carne humana para amenizar nuestra madrugada de terror nocturno. De cuando Mr. Hooper tenía algo que decir, que fue bien poco. Buen provecho.




Viernes 13 (Friday the 13th, 1980, Sean S. Cunningham)
La paz de las tranquilas aguas del campamento Crystal Lake se ve turbada por la sed de asesina venganza del pequeño Jason. Aún sin su inseparable máscara de hockey, la primera de una interminable franquicia precursora del body-count (buen ejemplo de ello el trailer que ofrecemos) que aún hoy en día colea amenazando con alguna que otra inefable secuela, crossovers pesadillescos incluidos. Cuidado con el bosque...

 


Lifeforce, Fuerza Vital (Lifeforce, 1985, Tobe Hooper)
Otra aportación del ahora maltrecho Hooper (lo último medianamente visible fue Toolbox Murders, sin ser demasiado original) una interesante historia que, si bien no ha llevado demasiado bien el paso del tiempo, es un entretenido pasatiempo para las horas que vienen. Resumiendo, en tres palabras: Vampiros del Espacio (advierto, nada que ver con los edulcorados no-muertos de la saga Crepúsculo). Para no perdérsela.



La Mujer y el Monstruo ( Creature from Black Lagoon, Jack Arnold, 1954)
Como nostálgico declarado de los monstruos clásicos de la Universal no podía dejar pasar la oportunidad de incluir en la selección a la más tardía pero para mi una de los más carismáticas criaturas de los estudios, la Criatura de la Laguna Negra (sin temor de que las creaciones de James Whale o Tod Browning se rebelen furibundas).
Remedo del clásico de Beaumont, La Bella y la Bestia, dirigido por uno de los papás de las Monster movies de serie B de los cincuenta, Jack Arnold (quien no recuerda al minúsculo Grant Williams en denodado combate con aquella araña en la magnífica El increíble Hombre Menguante), nos cuenta la historia de una expedición científica que, estando en el Amazonas, halla a un ser, medio hombre medio pez, al que logran capturar pero que, finalmente, consigue escapar para, más tarde, regresar y raptar a la hermosa Kay, la prometida de uno los exploradores.



Posesión Infernal (The Evil Dead, 1981, Sam Raimi)
A pesar de lo complicado de la elección del título que cerraría esta veintena de películas, y la manía que he ido alimentando los últimos tiempos por su director (sigo sin verle la gracia a su Arrástrame al Infierno, pese a que James Wan haya bebido bastante de ella y de otras más en su última Insidious) hay que reconocer que su terrorífica comedia de bajo presupuesto (no deja de ser más que eso) se ha ganado un sitio privilegiado en el ritual de este día. Una deshabitada casa en la soledad del bosque, un grupo de hormonales jóvenes, un lovecraftiano manuscrito y la consiguiente caterva de poseídos demoniacos, nada mejor para saludar al nuevo día.





Nadie se atreve aún...

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