Ya me pareció una idea de lo más peregrino el remake que estaba perpetrando Platinum Dunes de la ya clásica Pesadilla en Elm Street, pero el señor Bay sigue empeñado en que las nuevas generaciones de adolescentes se dejen el dinero en taquilla con productos de hace dos décadas debidamente remozados a las nuevas usanzas, y la tendencia es esa... Pues bien, tras ver al mono achicharrado que será el nuevo Krueger (estética realista o no eso es lo que parece), vamos a rescatar del baúl de las exploit una joya, como no, de procedencia asiática: MahaKaal.
Con joyas como Donga y su famoso Golimaar o su gran Bandh Darwaza (un Drácula para nada desdeñable) por citar un par, no es para nada sorprendente que los cineastas del Bollywood más casposo aprovechasen el tirón de la franquicia originada por Wes Craven para regalarnos con su particular visión del personaje que encumbrase al actor Robert Englund y le otorgase un lugar de honor en el panteón de los psicokillers. Los hermanos Ramsay, especialistas en estas lides (aquí mismo me espera su Dhund, hija exótica de La Niebla de Carpenter) se atrevieron, y de que manera...
Pues bien, la historia nos sitúa en la India de 1993 (que no nos lleve a error esa estética-refrito de los ochenta/noventa, ya que la imagen de los filmes de los noventa en aquellas tierras es bastante, como decirlo, "retro"). Anita (la protagonista) comienza a soñar y a tener visiones de un desagradable individuo de rostro desfigurado, gabán oscuro, guante con cuchillas y malévola sonora carcajada (ni una mísera línea de diálogo, sustituido eso sí por una frondosa pelambrera) que la aterroriza al igual que a sus amigos en sus pesadillas.
Pronto comienza a darse cuenta de que no solo le amenaza en sus sueños, sino que los daños infringidos encuentran su mortal desenlace en la vida real. Y los fallecidos tardarán poco en aparecerse ante ella y advertirla en sus oníricas visiones...
Su obsesión por el fantasma de desfigurado rostro es tal que incluso se siente poseída por su maligno espíritu, que le obliga a actuar incluso en contra de su voluntad (bajo su atenta y penetrante mirada envidia de la de Christopher Lee en sus Dráculas de la Hammer, plano que veremos repetido hasta la saciedad durante las dos horas largas de película)...
Pesadilla en Elm Street 2, Anita Poseída
Pero, ¿por qué el cruel asesino la persigue? Finalmente su padre, policía, confiesa que, en venganza por el asesinato de su hermana pequeña, enterró vivo al horripilante ser...
Tras un más que confuso argumento donde se suceden las coreografías y canciones de rigor, alguna que otra pelea vergonzante y diálogos cómicos para mayor gloria de Johnny Lever (un señor que por aquellas tierras es un conocido secundario cómico que aquí se prodiga en nada menos que cuatro o cinco papelillos, cada uno de ellos más bochornoso si cabe), se produce el esperado final con asesino ajusticiado (un happy end que le debe mucho al Terminator de James Cameron) y familia viviendo feliz y comiendo chapatis y pollo tandori.
Johnny, un Michael Jackson al curry
Una exploit con cierta gracia y numerosos homenajes, no ya a toda la saga de Freddy sino a algún otro título, como puede recordar esta escena de la posesión de Anita...
El Día de los Muertos, Romero en hindú
Para quien no pudiese disfrutar del título el pasado octubre en las madrugadas del festival de Sitges está la opción de o bien localizarla online (aunque la calidad de lo colgado deja mucho que desear), o de hacerse con la edición que Mondo Macabro ha lanzado recientemente dentro de su colección bizarra dedicada al horror de Bollywood, junto a otro ejemplo de la serie B made in India, Tahkhana The Dungeon, que de seguro no tendrá desperdicio...
Y para muestra, un botón, o mejor, un par de vídeos: una comparativa del original y la spicy version...
Y ya sabéis, Mahakaal os espera en vuestras peores (y más casposas) pesadillas (evitad las ingestas masivas de comida india durante la cena).
Nadie se atreve aún...
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