
Últimamente antes de acercarme al cine en el que suelo pasar algunas horas del fin de semana para ver alguno de los estrenos, recientes o no, en cartelera, me suelo dar un garbeo por mis "traficantes" habituales para echar un vistazo a lo que me puede deparar la gran pantalla (de hecho la mayoría de las elecciones se quedan en un visionado modo "home cinema", en muchas ocasiones con un nivel de imagen bastante aceptable).
Sin querer hacer apología de la piratería internetil ni querer plantear un debate de un modelo sostenible de producción/distribución/exhibición cinematográfico, un estreno en las frías tierras de la estepa rusa suele ser garantía segura de su fácil accesibilidad incluso bastante antes de que llegue a nuestras pantallas, y la cinefagia es una compulsión algo difícil de contentar con la cartelera nacional, dicho sea de paso.
Y el porqué de este preámbulo es el reciente estreno de Scream 4, que en un par de días ya ha estado a disposición internauta en la versión de la lengua de Dostoyevski (Skrik 4 en su traducción soviética) con algún que otro subtítulo en inglés, no para tirar demasiados cohetes pero suficiente para satisfacer curiosidades sobre lo que ha dado de sí la última entrega de la ya agotada franquicia del dúo Craven-Williamson, efectivamente, agotada y exprimida del todo visto lo visto.
Partiendo de la premisa de que estamos ante una secuela y que quien acude a las salas para disfrutar de un acontecimiento de tal magnitud, no nos engañemos, ya sabe a lo que va, iniciamos la historia de siempre con muchos de los protagonistas habituales (extrañamente aún siendo acosados, asustados, atacados, agradedidos y hasta apuñalados aún hoy sobreviven a las andanzas de Ghostface, a estas alturas icono por méritos propios) y otros jóvenes rostros elegidos para la ocasión (ya podréis suponer que en la hora y media larga muchos de ellos engrosarán la lista de los eviscerados y degollados del asesino de la máscara blanca) que se reunen en el lugar de costumbre, la encantadora villa de Woodsboro, para recordar masacres de antaño y celebrar estrenos cinematográficos de matarifes enmascarados hijos predilectos de la ciudad, es decir, nada nuevo bajo el sol.
El sempiterno regreso de Sidney Prescott (la reina del grito del slash adolescente de finales de los noventa, una desaparecida Neve Campbell que está aquí especialmente anodina) a su poblado natal para presentar un libro de su terrible experiencia, la conocida pareja Dewey Riley y Gale Weathers, ahora marido y mujer (ya saben, los amores reñidos terminan así, al menos en la gran pantalla), con sus mismas discusiones y teorías sobre la autoría de los nuevos crímenes que, sorpréndanse, regresan coincidiendo con el retorno de la adorable Sidney, al igual que las llamadas amenazantes de voz cavernosa achezando a jóvenes adolescentes de turgentes senos.
Podría seguir, pero llegados a este punto muchos diréis... ¿esta peli no la habían hecho ya? Para ser sinceros en la fórmula no ha cambiado casi prácticamente nada, y si bien es cierto que la gente sigue consumiendo Coca Cola, los ingredientes empleados en esta última Scream son, por conocidos, nada novedosos, superfluos, previsibles y, porque no decirlo, aburridos, con interpretaciones que no van mucho más allá de las anteriores entregas (por no decir que aún son peores), así que se puede esperar un final, que no desvelaré pero que no hay que ser pitoniso para vaticinar, en consonancia con un guión reciclado hasta el paroxismo.



Ghostface, la estrella de la función, otro de los psicópatas asesinos de máscara blanca que ha parido el género
Es cierto, Kevin Williamson nunca abandonará su predilección por el producto para adolescentes (según creo la serie Crónicas Vampíricas cuenta con muchos adeptos, más supongo por el tirón de otra saga, Crepúsculo, que es lo que ha servido de trampolín para ese serial; además ya tuviese éxito televisivo con su semiautobiográfica Dawson Crece, no lo olvidemos) y Wes Craven parece acomodado en su doble faceta de director/productor sin querer arriesgarse demasiado (es de suponer que después del último descalabro que supuso su última incursión en ese My Soul to Take en 3d, postpuesto su estreno en nuestro país de noviembre del año pasado a finales de este mes de mayo, haya quedado escarmentado y se haya decantado por la recuperación segura de su inversión), disfrazando de novedad lo que desde 1997, año en el que viese la luz la primera Scream, no lo es.
¿Nuevas reglas? Sintiéndolo mucho, va a ser que no.
Título original: Scream 4
Año: 2011
Director: Wes Craven
Intérpretes: Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Emma Roberts, Rory Culkin
Imbd
FilmAffinity
Rotten Tomatoes
Nadie se atreve aún...
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