La Herencia Valdemar

el 14.3.11   |  



"H.P. Lovecraft llega al cine español". Ese es uno de los muchos titulares con los que ésta, La Herencia Valdemar, se ha presentado en bastantes medios de prensa digital y escrita... Y digo yo, si ahora completa el acervo cinematográfico hispano la obra del maestro de Providence, lo que dio el trabajo de los realizadores Juan Piquer Simón, Stuart Gordon y Brian Yuzna bajo producción patria ¿qué era? (aparte de, obviamente, pestiños poco menos que infumables). Prefiero quedarme con la afirmación de su realizador, José Luis Alemán, que "modestamente" afirma "es una de las primeras incursiones que se hacen de manera seria sobre este autor", a lo que añadiría "en nuestro país".



Tras esta pequeña matización, se ha estrenado este fin de semana la "esperada" Herencia y bueno, decir que la inspiración lovecraftiana es cuantiosa sería decir mucho, al menos en esta primera mitad de la historia (para quien lo desconozca, el proyecto que iba a estructurarse en tres partes finalmente se redujo al díptico actual). Un llamado "Rito de Dunwich", algo de la iconografía gótica que se respiraba en su literatura, algún que otro ornamento bastante revelador (como esa empuñadura de bastón, un guiño rápido a cualquier seguidor), pero no mucho más, al menos en esta primera entrega (obviando ese adelanto de lo que vendrá al comienzo de los créditos finales con una criatura primigenia que le sonará a más de uno).

La curiosa empuñadura del bastón de Maximilian

La historia comienza con la desaparición en extrañas circunstancias de Luisa Lorente, tasadora de inmuebles antiguos, durante uno de sus servicios. Pronto el propietario de la inmobiliaria Inmoberance, un enigmático Maximilian (interpretado por Eusebio Poncela) ordenará la búsqueda de la desaparecida al experto investigador Nicolás Tremel (Oscar Jaenada), al que acompaña la Dra. Cerviá (Ana Risueño), presidenta de la fundación Valdemar y conocedora de la leyenda oscura de la casa...

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Uno de los fotogramas de la película nos da la clave de la línea argumental y de la frustración de más de uno tras asistir al particular final de la historia tras el par de horas de duración...



Porque efectivamente estamos ante el desarrollo de un extenso prólogo que únicamente nos pone en antecedentes narrando el origen del misterio en torno a la propiedad relacionada con la desaparición, un armazón histórico de finales del XIX en el que se dan cita personajes tan variopintos como reales (el escritor Bram Stoker, el ocultista Aleister Crowley y las nefastamente conocidas Lizzie Borden y Belle Gans), con los protagonistas de la terrible leyenda,

La Casa del Duque, en Comillas (Santander), privilegiado escenario para este cuento de terror gótico


desarrollando de manera mínima los acontecimientos actuales e interrumpiendo de manera brusca e injustificada el hilo de la historia en detrimento de esa mencionada segunda entrega (desconozco si a su autor le habrá pasado en algún momento añadir un "continuará.." antes de los créditos finales) confiriendo al resultado final un aire de teleserie que desmerece el resto del conjunto, muy logrado y cuidado en sus ambientes, vestuario y decorados (además de una fotografía en la que predomina también ese tono azulado propio de la casa Hammer - aunque echando de menos ese rojo tan característico), en cuanto a sus efectos especiales (tanto digitales como prácticos) y, en resumen, con el cariño con el que parece que se ha puesto en el proyecto (y que se percibe en todos los rincones de la historia).

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¿Peros? Añadir a ese tan descarnado final la interpretación de Ana Risueño, gris y átona durante todos sus diálogos; lo curioso que resulta escuchar a Francisco Maestre interpretar a Crowley sin asomo de acento británico (claro que lo mismo ocurre con Stoker) y un innecesario comienzo que podría haberse montado de distinta manera (intercalando más la acción actual y la pasada), claro que esto último ya es preferencia personal. Lo que constituye un gran pero es lo terriblemente desaprovechado, también a mi parecer, que está el papel, lamentablemente el último que interpretaría, del tristemente fallecido Paul Naschy, el mayordomo Jervás, un personaje entrañable pero con muy pocas líneas, o al menos no las suficientes para que el Sr. Molina hubiese mostrado de mejores maneras sus dotes interpretativas...

Un guiño a otro Valdemar... de apellido Daninsky


Y como si de relato pulp se tratase, esperemos el desenlace del oscuro misterio de este legado... próximamente y con una pregunta: ¿qué tal lucirá Releches de H.P. Lovecraft?



Título Original: La Herencia Valdemar
Año: 2009
Director: José Luis Alemán
Intérpretes: Oscar Jaenada, Daniele Liotti, Silvia Abascal, Paul Naschy, Eusebio Poncela
Imdb
FilmAffinity
Rotten Tomatoes

Nadie se atreve aún...

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